¿De qué trata un proceso terapéutico?

Iniciar un proceso terapéutico es un gran paso y un compromiso contigo mismo y con tu terapeuta. La terapia consiste en un proceso de colaboración entre terapeuta y consultante, en el que el objetivo es que ambas personas entiendan las situaciones y conductas que mantienen tus problemas, y a partir del tratamiento puedas generar habilidades para cambiar o hacer frente al problema. Debido a que el objetivo principal es que se modifiquen las condiciones que mantienen tu problema, una parte del trabajo se realiza dentro del consultorio y otra parte la realizarás tu fuera del consultorio. 

Fase inicial de la terapia

Tu terapeuta inicia realizando una entrevista de evaluación en la que va a recabar tus datos generales, información sobre tu vida cotidiana y te hará preguntas para entender tu motivo de consulta. En colaboración van a definir los objetivos de la terapia y a partir de esto, el terapeuta te plantea un plan de trabajo específicamente diseñado para ayudarte en la mejora de tu motivo de consulta. 


Fase de intervención

De acuerdo a los objetivos que se hayan definido, tu terapeuta irá guiándote para su cumplimiento. Para esto, se realizan ejercicios experienciales, se recurre a analogías y metáforas, y también a través de la conversación encontrarás nuevas perspectivas de las situaciones y encontrarás formas distintas de responder ante los retos que enfrentas en el día a día. Todos los ejercicios van orientados a que puedan experimentar y aprender alternativas para lidiar con los pensamientos, emociones y problemáticas. Tu terapeuta y tú, en colaboración, también van a definir momentos y situaciones específicas para que experimentes con las nuevas estrategias fuera de terapia. A estos ejercicios fuera de sesión les llamamos tareas o práctica fuera de sesión. 

El realizar tus tareas te permite conocer el efecto en ti y en el entorno, recabar nueva información y experimentar si las nuevas conductas van más apegadas a lo que quieres para ti, si es que te acercan a tus metas personales, si ayudan a mejorar tus interacciones con otras personas o si son más funcionales para afrontar el malestar, etc. 

Por lo general, en esta fase las sesiones se programan una vez por semana. Es importante que sepas que el avance no es lineal y algunos sube y bajas son normales y son parte del proceso. Si tienes dudas o inquietud sobre tu proceso, siempre puedes hablar con tu terapeuta para aclarar tus preguntas o modificar el abordaje de ser necesario. 

Los terapeutas sabemos que durante el tratamiento pueden surgir situaciones inesperadas, incluso problemas nuevos ajenos a tu motivo de consulta inicial, si es así, no dudes en compartirlo en sesión, nuestro enfoque es flexible y puede modificarse el plan de tratamiento para atender a las necesidades que surjan en el camino. 

Fase final

A medida que comienzan a cumplirse tus objetivos de terapia y te haces más hábil para afrontar los problemas por lo que buscaste ayuda, se irán espaciando las sesiones. Primero una sesión por quincena, después una vez al mes y poco después, se dará por finalizado el proceso de terapia. Esta parte también es colaborativa, es decir, en todo momento estás decisiones se realizan en conjunto y tu terapeuta buscará acompañarte en tus inquietudes y preocupaciones hacia el final de la terapia. 

No hay una duración específica de la terapia, en cada caso será distinto y tu evolución depende en gran medida de tu compromiso y constancia, así como el cumplimiento de tareas y disposición para experimentar con estrategias o conductas distintas a las que acostumbras. 

¿Qué necesito para que la terapia me funcione?

  • Ser constante en la asistencia y la frecuencia: si dejas pasar mucho tiempo entre las sesiones, es difícil que puedas notar diferencias, además de que algunas veces nos toma la mayor parte de la sesión actualizarnos con las situaciones más recientes y queda poco espacio para trabajar en los procesos de cambio que se necesitan desarrollar.

  • Cumplir con tareas y prácticas entre sesiones: si tienes dificultad para las tareas, háblalo con tu terapeuta, siempre se pueden buscar alternativas para que te sea un poco más sencilla o más clara. 

  • Hablar con honestidad: entendemos que hay temas difíciles de compartir con otras personas, recuerda que en el espacio de terapia se cuidará con respeto y sensibilidad la información que compartas. Si en serio es muy doloroso o penoso para ti, siempre es buena idea comenzar diciendo: “hay algo que necesito compartir contigo pero me es difícil hablarlo”.

Siguiente
Siguiente

¿Cuándo ir a terapia?