¿Cuándo ir a terapia?
Muchas personas creen que sólo se requiere ir a terapia cuando tienen un trastorno psicológico o problemas graves, incluso hay quienes aún siguen creyendo que acudir con un psicólogo es para los “locos”. La verdad es que hay múltiples condiciones y problemas que pueden mejorarse con la intervención de un profesional de la salud mental.
Una pista clara de que podrías beneficiarte de la terapia es cuando algún hábito o conducta empieza a afectar tu vida cotidiana, tus relaciones interpersonales, a alejarte de tus metas o a impedirte que encuentres momentos de disfrute en el día a día. Las condiciones pueden ser muy variadas, desde dificultad para crear hábitos saludables o apegarte a tus metas, problemas interpersonales, dificultad para manejar algún cambio importante en tu vida, como una ruptura amorosa, un diagnóstico de enfermedad o una muerte, así como estados emocionales difíciles de manejar (ira, tristeza, ansiedad) y un muy largo etcétera.
Es cierto que no todos los días nos vamos a sentir alegres o satisfechos con la vida, sin embargo, cuando la mayor parte del día te sientes desanimado/a, desmotivado/a y esto se ha extendido a algo más de dos o tres semanas, entonces sí es importante que busques ayuda para entender qué está pasando y qué necesitas.